Un año más se acercan las Navidades. Un año más decoramos la casa entre todos.
8 niños en casa, gritando, corriendo, saltando... llenando nuestra casa de felicidad.
Jamás podré dejar de agradecerte que los acojas a todos así... que me hagas sentir que tengo una verdadera familia.
Cuando era niño, asistía a las bodas de mis familiares, y pensaba, que ojala yo algún día, pudiera ser tan feliz como aquella gente frente a mi. Quería casarme con una chica preciosa, vestida de blanco a mi lado, y formar una familia con ella. Muchísimos niños... tal vez menos de los que he llegado a tener...
Estúpido de mi, por aquel entonces pensaba que eso era la felicidad.
Viví con esa idea preconcebida durante muchísimos años, hasta que te conocí a ti.
Takahisa, pusiste mi vida del revés.
Jamás había pensado si quiera que pudiera sentir algo así, tan fuerte y tan sincero... hiciste que me olvidara de mi sueño materialista de un plumazo.
¿Para que quiero una chica vestida de blanco, si te tengo a ti, con ese traje que te queda tan bien?.
¿Para que necesito una iglesia y a cientos de personas al rededor? Si realmente... solo me importas tú.
¿Para qué mil cámaras, noticias de televisión? Prefiero vivir mi sueño en silencio...
Ahora me doy cuenta. Mi sueño no era casarme con una chica preciosa, y ser la envidia de todos...
Mi sueño era encontrar a alguien que me amara tal como era... soñaba con que fuera posible.
Y lo es.
Hoshieyo Takahisa.
Érase una vez una madre que, tras varios intentos por tener a un segundo hijo, no lo consiguió. Esa madre rezaba cada día por quedarse encinta, lo probó todo y un día... Asomada por la ventana vio una estrella fugaz.
"Por favor, estrella... Deseo quedarme embarazada..."
La mujer perdió la esperanza, y al mes siguiente de desear a la estrella fugaz a su hijo... Milagrosamente se quedó embarazada. De un varón. Justo la noche que se lo pidió a la estrella.
"El fruto de mi vientre es una estrella que cayó del cielo, he sido bendecida con el poder tener entre mis manos algo tan hermoso como una estrella..."
He crecido con esa historia... Y me he criado en un cielo con muchos cientos de estrellas más a mi alrededor.
Me hice mayor y mi brillo era inmenso... Pero algo cambió en mi interior y dos pequeños luceros, idénticos, empezaban a formarse en mi. Las demás estrellas me miraban con desprecio. "¿Cómo puedes estar solo y llevas a dos luceros contigo?" "Estas loco, fuera de aquí".
Poco a poco me iban marginando, con mis dos luceros, hasta que incluso mi cielo me despreció, volviendo a caer en la tierra en forma de estrella fugaz... Convirtiendome en una simple piedra que poco a poco iba perdiendo su brillo.
Caminó y caminó. Por aquel mundo sucio y oscuro, con sus dos luceros, temiendo por su vida. Buscando otros cielos a los que poder subir, pero todos despreciaban a la pobre estrella por su pecado, por su carga.
Un día la pequeña estrella subió a una colina... Donde pudo ver a un cielo con una pequeña luna, pero totalmente limpio de estrellas.
Pero la pequeña estrella estaba tan débil que no se atrevió siquiera a preguntar... Pero aquel cielo se fijo en esa pequeña estrella y sus luceros, tendiendole la mano e invitandola a subir.
"¿Por qué me tiendes la mano, cielo? No tengo brillo y he pecado, no puedo abandonar a mis dos luceros."
"Mi luna está llena de recuerdos, y entre ellos apareces tu" Contestó el cielo "Mira como brilla mi luna esta noche... Y dime qué clase de recuerdos albergo contigo para que la hagas brillar asi de hermosa"
La pequeña estrella sonrió, subiendo a unirse a ese cielo... El cielo de donde cayó la noche que tu madre deseó tenerle. El cielo donde nació. El cielo que creó un sueño... Con una luna que destinó la unión de esa estrella y ese cielo desde el mismo momento en que nació.
¿Qué importancia tenía un pasado oscuro? O quizá... El rechazo de todos los demás significaba que el mismo destino, caprichoso, esperaba el reencuentro de esa estrella y ese cielo...
Soy yo... Tu estrella...
Eres tu... Mi cielo...
La Luna nuestros recuerdos.
Todos unidos por un destino sin final.
Porque una estrella sin su cielo... Es incapaz de brillar. ¿Cierto?
"Por favor, estrella... Deseo quedarme embarazada..."
La mujer perdió la esperanza, y al mes siguiente de desear a la estrella fugaz a su hijo... Milagrosamente se quedó embarazada. De un varón. Justo la noche que se lo pidió a la estrella.
"El fruto de mi vientre es una estrella que cayó del cielo, he sido bendecida con el poder tener entre mis manos algo tan hermoso como una estrella..."
He crecido con esa historia... Y me he criado en un cielo con muchos cientos de estrellas más a mi alrededor.
Me hice mayor y mi brillo era inmenso... Pero algo cambió en mi interior y dos pequeños luceros, idénticos, empezaban a formarse en mi. Las demás estrellas me miraban con desprecio. "¿Cómo puedes estar solo y llevas a dos luceros contigo?" "Estas loco, fuera de aquí".
Poco a poco me iban marginando, con mis dos luceros, hasta que incluso mi cielo me despreció, volviendo a caer en la tierra en forma de estrella fugaz... Convirtiendome en una simple piedra que poco a poco iba perdiendo su brillo.
Caminó y caminó. Por aquel mundo sucio y oscuro, con sus dos luceros, temiendo por su vida. Buscando otros cielos a los que poder subir, pero todos despreciaban a la pobre estrella por su pecado, por su carga.
Un día la pequeña estrella subió a una colina... Donde pudo ver a un cielo con una pequeña luna, pero totalmente limpio de estrellas.
Pero la pequeña estrella estaba tan débil que no se atrevió siquiera a preguntar... Pero aquel cielo se fijo en esa pequeña estrella y sus luceros, tendiendole la mano e invitandola a subir.
"¿Por qué me tiendes la mano, cielo? No tengo brillo y he pecado, no puedo abandonar a mis dos luceros."
"Mi luna está llena de recuerdos, y entre ellos apareces tu" Contestó el cielo "Mira como brilla mi luna esta noche... Y dime qué clase de recuerdos albergo contigo para que la hagas brillar asi de hermosa"
La pequeña estrella sonrió, subiendo a unirse a ese cielo... El cielo de donde cayó la noche que tu madre deseó tenerle. El cielo donde nació. El cielo que creó un sueño... Con una luna que destinó la unión de esa estrella y ese cielo desde el mismo momento en que nació.
¿Qué importancia tenía un pasado oscuro? O quizá... El rechazo de todos los demás significaba que el mismo destino, caprichoso, esperaba el reencuentro de esa estrella y ese cielo...
Soy yo... Tu estrella...
Eres tu... Mi cielo...
La Luna nuestros recuerdos.
Todos unidos por un destino sin final.
Porque una estrella sin su cielo... Es incapaz de brillar. ¿Cierto?
... Aunque sean solo por un fín de semana.
Ne, espero que cuando leas esto ya estés lo suficientemente lejos como para no cambiar de idea y regresar.
La verdad es que la idea de que te marches 4 días lejos de mi no me hace demasiada gracia, pero se te veía feliz mientras hacías la maleta, mientras subías al tren, mientras te despedías de mi con la mano por el cristal.
Se que últimamente he estado agobiándote bastante con todos mis problemas, lo siento, era lo que menos pretendía.
Por eso creo que es bueno que te tomes estos días de descanso, te reencuentres con viejos amigos, y demás.
No tienes que preocuparte por mi, ni por los niños tampoco. Te prometo que los 4 estaremos bien.
Aunque seguro que en cuanto vean que no vas a por ellos a la guardería empezarán a preguntar donde estás y echarte de menos.
Ganbatte en esa prueba tan importante que tienes, estaré apoyándote desde aquí, y ya te dije que te dejaría mensajes siempre que pueda, mañana, tarde y noche...
¿Sabes? Esta mañana hacía demasiado frío...
Es cómo si realmente el mundo supiera que vamos a estar separados durante unos días y él mismo hubiera querido congelarse y detenerse.
Estaré esperando tu regreso, siempre, vayas a donde vayas.
Disfruta de estos días...
Hoshieyo...
Ne, espero que cuando leas esto ya estés lo suficientemente lejos como para no cambiar de idea y regresar.
La verdad es que la idea de que te marches 4 días lejos de mi no me hace demasiada gracia, pero se te veía feliz mientras hacías la maleta, mientras subías al tren, mientras te despedías de mi con la mano por el cristal.
Se que últimamente he estado agobiándote bastante con todos mis problemas, lo siento, era lo que menos pretendía.
Por eso creo que es bueno que te tomes estos días de descanso, te reencuentres con viejos amigos, y demás.
No tienes que preocuparte por mi, ni por los niños tampoco. Te prometo que los 4 estaremos bien.
Aunque seguro que en cuanto vean que no vas a por ellos a la guardería empezarán a preguntar donde estás y echarte de menos.
Ganbatte en esa prueba tan importante que tienes, estaré apoyándote desde aquí, y ya te dije que te dejaría mensajes siempre que pueda, mañana, tarde y noche...
¿Sabes? Esta mañana hacía demasiado frío...
Es cómo si realmente el mundo supiera que vamos a estar separados durante unos días y él mismo hubiera querido congelarse y detenerse.
Estaré esperando tu regreso, siempre, vayas a donde vayas.
Disfruta de estos días...
Hoshieyo...
Esta noche, mientras te veía descansar entre mis brazos, estuve pensando en lo que te dije.
"Eres la única persona con la que puedo ser cariño o atento".
La abrumadora realidad.
Si conocieras al Yusuke del trabajo, si preguntaras a los miembros del staff, a mi jefe o incluso a los compañeros con los que apenas tengo relación, te dirían que soy frío, que siempre estoy con la cabeza en cualquier otro lado, pero sorprendentemente siempre estoy al día de todo.
Lo doy todo en las grabaciones o las pasarelas. En los programas, las entrevistas... Pero sólo es trabajo.
Si quisieras conocer a Yusuke con sus amigos, probablemente te dirían que soy un tipo serio, que no tengo sentido del humor y siempre soy quién mantiene a los demás con los pies en la tierra.
A pesar de eso, te dirían que soy un buen tío, que se entrega en todo lo que hace, pero soy demasiado callado y reservado.
El Yusuke en familia es distante, le gusta formar parte de un núcleo al que regresar cuando se siente herido, pero también es muy individualista e independiente.
Nunca ha confesado sus temores a nadie, ni sus alegrías o sus recompensas.
Siempre ha guardado todos esos detalles para sí. Nunca ha dado mayor importancia a los logros, ni ha dejado de esforzarse un solo instante para conseguir lo que quería.
Pero realmente, solo es un muro de defensa.
Es verdad, no es timidez, es protección y miedo al rechazo, cómo cuando era pequeño.
Sin embargo, cuando te conocí, sin que hubiera ninguna razón aparente, todas mis defensas se vinieron a bajo.
Todavía hoy no se cómo lo haces. Ni siquiera yo conocía al Yusuke cariñoso, al atento, al bromista.
Es casi como un instinto natural.
Despiertas en mi ese sentimiento de protección tanto físico como emocional.
Si alguien consiguiera hacerte daño, me sentiría culpable.
Si no consiguieras ser completamente feliz, sería mi culpa.
Si tus sonrisas no iluminaran mis mañanas, no se cómo sobreviviría.
Cuando te noto cerca, cuando distingo tu calor entre el de la gente, cuando reconozco tu aroma... solamente tú has conseguido domarme de este modo.
Yo ni siquiera la comprendo.
"Eres la única persona con la que puedo ser cariño o atento".
La abrumadora realidad.
Si conocieras al Yusuke del trabajo, si preguntaras a los miembros del staff, a mi jefe o incluso a los compañeros con los que apenas tengo relación, te dirían que soy frío, que siempre estoy con la cabeza en cualquier otro lado, pero sorprendentemente siempre estoy al día de todo.
Lo doy todo en las grabaciones o las pasarelas. En los programas, las entrevistas... Pero sólo es trabajo.
Si quisieras conocer a Yusuke con sus amigos, probablemente te dirían que soy un tipo serio, que no tengo sentido del humor y siempre soy quién mantiene a los demás con los pies en la tierra.
A pesar de eso, te dirían que soy un buen tío, que se entrega en todo lo que hace, pero soy demasiado callado y reservado.
El Yusuke en familia es distante, le gusta formar parte de un núcleo al que regresar cuando se siente herido, pero también es muy individualista e independiente.
Nunca ha confesado sus temores a nadie, ni sus alegrías o sus recompensas.
Siempre ha guardado todos esos detalles para sí. Nunca ha dado mayor importancia a los logros, ni ha dejado de esforzarse un solo instante para conseguir lo que quería.
Pero realmente, solo es un muro de defensa.
Es verdad, no es timidez, es protección y miedo al rechazo, cómo cuando era pequeño.
Sin embargo, cuando te conocí, sin que hubiera ninguna razón aparente, todas mis defensas se vinieron a bajo.
Todavía hoy no se cómo lo haces. Ni siquiera yo conocía al Yusuke cariñoso, al atento, al bromista.
Es casi como un instinto natural.
Despiertas en mi ese sentimiento de protección tanto físico como emocional.
Si alguien consiguiera hacerte daño, me sentiría culpable.
Si no consiguieras ser completamente feliz, sería mi culpa.
Si tus sonrisas no iluminaran mis mañanas, no se cómo sobreviviría.
Cuando te noto cerca, cuando distingo tu calor entre el de la gente, cuando reconozco tu aroma... solamente tú has conseguido domarme de este modo.
Yo ni siquiera la comprendo.
... Una clase de secundaria como cualquier otra.
Nuestros personajes principales son dos:
El primero de ellos, siempre callado en su pupitre, tímido y distante.
El segundo... Un don nadie que quería ser alguien a base de intentar caer bien a los demás intentando ser gracioso sin serlo.
Un día, el chico abierto le hizo una broma al tímido, y ante la sorpresa de éste, el chico tímido rió, correspondiendo a su broma con naturalidad, no como el resto de chicos de su clase. Sorprendido se dio cuenta de que aquel chico tímido era diferente, pero se encontró con la situación de que el resto de chicos, más populares, se metían con él por juntarse con "el rarito"
Se apartó de él por miedo y cobardía, aunque sentía curiosidad. Cada día más.
Un día les tocó limpieza tras la clase a los dos juntos y el chico abierto se presentó, con lo que el otro chico respondió con una tímida reverencia...
No conforme con esto, el chico abierto siguió intentando hablar con él, hasta que consiguió que el chico tímido se soltara. Sólo necesitaba alguien que le escuchara. No era timidez, era miedo al rechazo.
Una mañana, al llegar a clase, el chico tímido se encontró en el cajón de su pupitre una pulsera, hecha a mano. Una pulsera sin nombre y sin razón. Pero él sabía de quien era, sonrió mirándole, siendo esa su única muestra de agradecimiento aparente.
Alguien entonces le pasó un trozo de cuaderno al chico abierto... Donde solo aparecía lo siguente:
Nuestros personajes principales son dos:
El primero de ellos, siempre callado en su pupitre, tímido y distante.
El segundo... Un don nadie que quería ser alguien a base de intentar caer bien a los demás intentando ser gracioso sin serlo.
Un día, el chico abierto le hizo una broma al tímido, y ante la sorpresa de éste, el chico tímido rió, correspondiendo a su broma con naturalidad, no como el resto de chicos de su clase. Sorprendido se dio cuenta de que aquel chico tímido era diferente, pero se encontró con la situación de que el resto de chicos, más populares, se metían con él por juntarse con "el rarito"
Se apartó de él por miedo y cobardía, aunque sentía curiosidad. Cada día más.
Un día les tocó limpieza tras la clase a los dos juntos y el chico abierto se presentó, con lo que el otro chico respondió con una tímida reverencia...
No conforme con esto, el chico abierto siguió intentando hablar con él, hasta que consiguió que el chico tímido se soltara. Sólo necesitaba alguien que le escuchara. No era timidez, era miedo al rechazo.
Una mañana, al llegar a clase, el chico tímido se encontró en el cajón de su pupitre una pulsera, hecha a mano. Una pulsera sin nombre y sin razón. Pero él sabía de quien era, sonrió mirándole, siendo esa su única muestra de agradecimiento aparente.
Alguien entonces le pasó un trozo de cuaderno al chico abierto... Donde solo aparecía lo siguente:
El chico estuvo mucho rato mirando la nota, intentando calcular algo, intentado descifrarlo hasta que... Descubrió, por pura casualidad lo que quería decirle, mirando al chico tímido, que rápidamente aparto la mirada ruborizado.
Al terminar la clase quedaron solos de nuevo los dos y el chico abierto escribió los números en la pizarra, en grande. Cogiendo el borrador y borrando la mitad de arriba... Quedando lo siguiente.
Un mensaje oculto. Una amistad prohibida. Un comienzo de una hermosa historia destinada desde que se cruzaron las primeras miradas.
El chico tímido... Yamamoto Yusuke
El chico abierto... Masuda Takahisa
Tu
Yo
Un destino
Un mensaje cifrado
Y una pulsera trenzada.
Es doloroso.
Ver a la persona más importante de tu vida, sufriendo, enfadado, dañado... y no poder hacer nada para ayudarla.
Es doloroso.
Tienes razón. No es bueno que me quede a tu lado cuando estás así, porque puedes acabar diciendo cosas que realmente no sientes.
Pero aún sabiendo esto. ¿Cómo puedo decir que te amo, si te abandono y te dejo solo a la primera de cambio?
Por eso, solo puedo quitarme del medio y esconderme durante unas horas.
Encerrarme en el estudio, aunque llore de impotencia por no poder hacer que te sientas mejor. Aunque no esté en mi mano, aunque no haya sido culpa mía. Yo debería saber hacerte feliz.
Solo puedo mirarte en la distancia, enfadado con el mundo en el jardín, a solas.
A solas como siempre te prometo que no te dejaré nunca.
Soy un mentiroso. No se cumplir mis promesas.
Ni siquiera tengo el valor de decirte todo esto a la cara, aunque se que tu ya lo sabes.
Nunca había querido que vieras lo que me asustaba cuando te enfadas. Tal vez tienes razón y debería haberme alejado antes. Tal vez el miedo es porque yo no se hacerte frente.
Sólo puedo agradecerte que te hayas controlado esta vez por mi.
Que hayas respondido a mis apretones de manos.
A mis muestras de cariño.
Necesito que sepas, que aunque no esté a tu lado en el jardín, aunque no pueda abrazarte, porque aún estoy asustado, estoy aquí.
A apenas unos metros de ti, protegiéndome dentro de unas paredes vacías.
Dejando que pases solo este mal trago.
Pero a pesar de todo...
Te amo, y no habrá nada que pueda cambiar un sentimiento tan fuerte.
Ver a la persona más importante de tu vida, sufriendo, enfadado, dañado... y no poder hacer nada para ayudarla.
Es doloroso.
Tienes razón. No es bueno que me quede a tu lado cuando estás así, porque puedes acabar diciendo cosas que realmente no sientes.
Pero aún sabiendo esto. ¿Cómo puedo decir que te amo, si te abandono y te dejo solo a la primera de cambio?
Por eso, solo puedo quitarme del medio y esconderme durante unas horas.
Encerrarme en el estudio, aunque llore de impotencia por no poder hacer que te sientas mejor. Aunque no esté en mi mano, aunque no haya sido culpa mía. Yo debería saber hacerte feliz.
Solo puedo mirarte en la distancia, enfadado con el mundo en el jardín, a solas.
A solas como siempre te prometo que no te dejaré nunca.
Soy un mentiroso. No se cumplir mis promesas.
Ni siquiera tengo el valor de decirte todo esto a la cara, aunque se que tu ya lo sabes.
Nunca había querido que vieras lo que me asustaba cuando te enfadas. Tal vez tienes razón y debería haberme alejado antes. Tal vez el miedo es porque yo no se hacerte frente.
Sólo puedo agradecerte que te hayas controlado esta vez por mi.
Que hayas respondido a mis apretones de manos.
A mis muestras de cariño.
Necesito que sepas, que aunque no esté a tu lado en el jardín, aunque no pueda abrazarte, porque aún estoy asustado, estoy aquí.
A apenas unos metros de ti, protegiéndome dentro de unas paredes vacías.
Dejando que pases solo este mal trago.
Pero a pesar de todo...
Te amo, y no habrá nada que pueda cambiar un sentimiento tan fuerte.
Creo que debo ser la persona más extraña del mundo. Lucho por tu felicidad, incluso ayudándote a arreglar cosas que a mi me perjudican. Soy incapaz de ser egoísta tras entender tus sentimientos, pero chocan contra los míos de celos y envidia.
Me alegro muchísimo de que por fin lo hayáis hablando. Me alegro muchísimo que tus pesadillas hayan desaparecido. Me alegra muchísimo que estés bien. Ya no hará falta que nos vayamos lejos para que deje de hacerte daño pensar en él. Ya no hará falta que vele tus sueños cada noche hasta caer de cansancio por si vuelves a tener pesadillas.
Por otra parte... Siento como si yo no estuviera bien. Estoy confuso. Tú eres feliz, sin embargo siento como si me hubiera dando una paliza a mi mismo. Como si algo no estuviera bien.
Al fin y al cabo, aunque intente disimularlo o fingir que no me importa, me sigue afectando todo esto.
Siento no poder decírtelo directamente, no quiero hacerte daño.
Escuché que os casaríais en Enero. Me alegro por ti... Pero dudo que pueda asistir, dudo que pueda felicitarte ese día y dudo que fuera bueno saberlo.
Solo puedo decirte que sigue siendo así de feliz, yo seguiré apoyándote siempre, seguiré amándote siempre y seguiré estando a tu lado, incluso en tus pesadillas más oscuras.
Tu le tienes miedo a la oscuridad... Yo soy incapaz de ver en la oscuridad...
Yo quizás empiezo a tenerle miedo a la luz...
Me alegro muchísimo de que por fin lo hayáis hablando. Me alegro muchísimo que tus pesadillas hayan desaparecido. Me alegra muchísimo que estés bien. Ya no hará falta que nos vayamos lejos para que deje de hacerte daño pensar en él. Ya no hará falta que vele tus sueños cada noche hasta caer de cansancio por si vuelves a tener pesadillas.
Por otra parte... Siento como si yo no estuviera bien. Estoy confuso. Tú eres feliz, sin embargo siento como si me hubiera dando una paliza a mi mismo. Como si algo no estuviera bien.
Al fin y al cabo, aunque intente disimularlo o fingir que no me importa, me sigue afectando todo esto.
Siento no poder decírtelo directamente, no quiero hacerte daño.
Escuché que os casaríais en Enero. Me alegro por ti... Pero dudo que pueda asistir, dudo que pueda felicitarte ese día y dudo que fuera bueno saberlo.
Solo puedo decirte que sigue siendo así de feliz, yo seguiré apoyándote siempre, seguiré amándote siempre y seguiré estando a tu lado, incluso en tus pesadillas más oscuras.
Tu le tienes miedo a la oscuridad... Yo soy incapaz de ver en la oscuridad...
Yo quizás empiezo a tenerle miedo a la luz...
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