Érase una vez una madre que, tras varios intentos por tener a un segundo hijo, no lo consiguió. Esa madre rezaba cada día por quedarse encinta, lo probó todo y un día... Asomada por la ventana vio una estrella fugaz.
"Por favor, estrella... Deseo quedarme embarazada..."
La mujer perdió la esperanza, y al mes siguiente de desear a la estrella fugaz a su hijo... Milagrosamente se quedó embarazada. De un varón. Justo la noche que se lo pidió a la estrella.
"El fruto de mi vientre es una estrella que cayó del cielo, he sido bendecida con el poder tener entre mis manos algo tan hermoso como una estrella..."
He crecido con esa historia... Y me he criado en un cielo con muchos cientos de estrellas más a mi alrededor.
Me hice mayor y mi brillo era inmenso... Pero algo cambió en mi interior y dos pequeños luceros, idénticos, empezaban a formarse en mi. Las demás estrellas me miraban con desprecio. "¿Cómo puedes estar solo y llevas a dos luceros contigo?" "Estas loco, fuera de aquí".
Poco a poco me iban marginando, con mis dos luceros, hasta que incluso mi cielo me despreció, volviendo a caer en la tierra en forma de estrella fugaz... Convirtiendome en una simple piedra que poco a poco iba perdiendo su brillo.
Caminó y caminó. Por aquel mundo sucio y oscuro, con sus dos luceros, temiendo por su vida. Buscando otros cielos a los que poder subir, pero todos despreciaban a la pobre estrella por su pecado, por su carga.
Un día la pequeña estrella subió a una colina... Donde pudo ver a un cielo con una pequeña luna, pero totalmente limpio de estrellas.
Pero la pequeña estrella estaba tan débil que no se atrevió siquiera a preguntar... Pero aquel cielo se fijo en esa pequeña estrella y sus luceros, tendiendole la mano e invitandola a subir.
"¿Por qué me tiendes la mano, cielo? No tengo brillo y he pecado, no puedo abandonar a mis dos luceros."
"Mi luna está llena de recuerdos, y entre ellos apareces tu" Contestó el cielo "Mira como brilla mi luna esta noche... Y dime qué clase de recuerdos albergo contigo para que la hagas brillar asi de hermosa"
La pequeña estrella sonrió, subiendo a unirse a ese cielo... El cielo de donde cayó la noche que tu madre deseó tenerle. El cielo donde nació. El cielo que creó un sueño... Con una luna que destinó la unión de esa estrella y ese cielo desde el mismo momento en que nació.
¿Qué importancia tenía un pasado oscuro? O quizá... El rechazo de todos los demás significaba que el mismo destino, caprichoso, esperaba el reencuentro de esa estrella y ese cielo...
Soy yo... Tu estrella...
Eres tu... Mi cielo...
La Luna nuestros recuerdos.
Todos unidos por un destino sin final.
Porque una estrella sin su cielo... Es incapaz de brillar. ¿Cierto?
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