Desde que vi la casa... Estaba deseando ir, aun guardo la foto que me entregaste:
Sabes que me encanta lo tradicional, por ello te agradezco el detalle!
Salimos después de que yo saliera de trabajar, y al llegar me quedé sorprendido aun más al ver el paisaje en directo. Está tan cerca de la ciudad y sin embargo su aire es tan puro que parece que estabamos a miles de kilómetros de distancia.
La casa es preciosa, por dentro, por fuera. Decidimos ponernos nuestros kimonos. Estás tan guapote y tan raro con un kimono que me quedé embobado!
Demo ne! Me desperté a las 6 de la mañana... Y el cansancio podía conmigo... Aun así, diciéndome que me echara a dormir un rato, me sentí un poco mal por no poder disfrutar un poquito más contigo.
Podremos esta tarde montar en la barca del lago frente a la casa? Dime que si! Aunque seguro que la vuelco intentando moverla o algo parecido, sabes lo patoso que soy...
Igualmente vi que este sería un bonito recuerdo para dejar en nuestro blog. No te importa ne? Podemos también contar nuestras pequeñas historias... Para poder recordarlas cuando seamos viejecitos, y enseñarselo a los niños cuando sean más mayores!
¿Qué te parece?
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